martes, 17 de julio de 2012

Clorindo Testa, Centro Cultural Recoleta y Buenos Aires Design





Arquitecto: Juan Antonio Buschiazzo, Clorindo Testa, Jacques Bedel, Luis Benedit
Diseñado en: 1979
Construido en: 1990-1993
Ubicación: Buenos Aires, Argentina




El barrio de Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con un magnífico legado cultural que en muy pocas regiones se puede encontrar. Para tener acceso a él, es necesario pasar por el Centro Cultural Recoleta (CCR), donde se hallará la información necesaria, incluyendo la totalidad de actividades artísticas que se desarrollan en el barrio como en el resto de Buenos Aires y todo aquello relacionado a la cultura de la ciudad.
La amplia gama de actividades que desarrolla el Centro, comprende muestras y exposiciones de artes plásticas, conciertos, representaciones de teatro, danza, presentaciones de libros, recitales poéticos y dramáticos, performances, música electroacústica informática y expresiones videográficas. Allí se encuentra una sala de expositores, donde se muestran trabajos gráficos o de relieve (esculturas, pinturas y fotos). En el interior del Centro funciona el Museo de Ciencia Participativo "Prohibido no tocar" un lugar especialmente diseñado para jóvenes y niños donde la experiencia interactiva los acerca a los fenómenos físicos.
El área de Formación ofrece anualmente una gran variedad de cursos y talleres, tanto para niños y adolescentes como para adultos, abordando diferentes propuestas dentro de las artes visuales, de los medios audiovisuales, de las letras y del teatro entre otras.
El Departamento de Música, Sonido e Imagen del CCR posee un Laboratorio de Investigación y Producción Musical equipado con la más avanzada tecnología digital, único en Latinoamérica, que mantiene intercambio con sus pares en el mundo como el Laboratorio de la Universidad de Stanford (USA) o el IRCAM de París. El Laboratorio se ocupa también de la capacitación de músicos a través de cursos, brindando sus instalaciones a jóvenes compositores interesados en este nuevo lenguaje.





El Centro Cultural Recoleta está ubicado en uno de los barrios más tradicionales de Buenos Aires, considerado un sitio de profundo interés histórico y además el barrio más prestigioso de la ciudad.
En un espacio de pocas manzanas se encuentran varios Museos y Centros Culturales, plazas, ferias, bares y restaurantes, rodeados de modernos edificios de departamentos muy exclusivos, de primer nivel.
La Recoleta, principalmente conocida por El Cementerio panteón de la patria, ofrece también al visitante una larga lista de puntos de interés turístico. En la zona se encuentra el Palais de Glace, el monumento al Brigadier Carlos María de Alvear, militar y político argentino, el Pabellón Municipal de Exposiciones, el Parque Carlos Thays, la Plaza Francia, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Facultad de Derecho, la Plaza Mitre, la Embajada Británica y la Biblioteca nacional de Buenos Aires.

El edificio que ocupa el actual CCR, es una de las construcciones más antiguas que se conservan en Buenos Aires. El solar donde se construyó era parte de una chacra llamada "Los Ombues", propiedad de un descendiente del primer alcalde de la ciudad, don Rodrigo Ortiz Zárate que lo había recibido en el reparto de tierras hecho por Juan de Garay en 1583. En 1716, fue donado a los frailes Franciscanos Recoletos. Los arquitectos jesuitas Juan Wolf y Juan Krauss se encargaron de diseñar los planos de la primera construcción; la fachada como los espacios interiores, estuvieron a cargo de Andrés Blanqui.
Ocupando un sector de extramuros de la ciudad, en el límite con el área rural del norte, la obra fue concluida el 12 de octubre de 1732.



La comunidad religiosa de los recoletos daría posteriormente nombre al cementerio anexo y a toda la zona.
Siendo Ministro Bernardino Rivadavia y Presidente Martín Rodríguez, la reforma del orden escolástico de 1822 determina el abandono del Convento por parte de la comunidad religiosa y el paso de sus bienes al poder público.
Uno de sus primeros usos fue como escuela de dibujo, creada por el General Manuel Belgrano.
En 1859, con la ayuda de la Sociedad Filantrópica se crea el Asilo de Mendigos en el edificio del antiguo Convento. Luego tuvo sucesivamente varios destinos siendo, además, hospital de sangre, cuartel y Hogar de Ancianos Gobernador Viamonte. Este fue su último uso antes de la construcción del Centro Cultural.
El entorno de quintas y pulperías experimentaría por su parte distintas modificaciones a lo largo del siglo XIX, para consolidarse como zona residencial prestigiosa a partir del éxodo que la epidemia de fiebre amarilla de 1871, que se produjo entre las familias del barrio del sur.
Son varios los fenómenos significativos sucedidos en este edificio desde su creación. En 1806 Santiago de Liniers veló en el Convento durante la noche, implorando la protección de Dios para libertar Buenos Aires de los ingleses. En 1827, la Recoleta fue escenario de la vuelta triunfal del Almirante Brown, después de la victoria de Juncal.
Esa zona de la ciudad fue privilegiada por Torcuato de Alvear, primer intendente de Buenos Aires, en un plan de saneamiento y embellecimiento desarrollado durante la década del 80 del siglo XIX. El edificio del CCR no fue la excepción. La obra fue encargada a Juan Antonio Buschiazzo, que le aportó un estilo italiano y construyó los nuevos pabellones y una capilla para los internados, conservándose aún, los claustros originales.
La obra de este arquitecto italiano llegado a Buenos Aires hacia el 1850, incluye además, la primitiva Bolsa de Comercio, la capilla Del Carmen, el actual Museo Sarmiento y el Pórtico del Cementerio de Recoleta, entre otros y está considerado uno de los protagonistas de la notable arquitectura argentina que va desde 1870 a 1930.


La segunda gran remodelación ocurrió casi un siglo después, en 1980, llevada a cabo por los arquitectos Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit. A partir de entonces, el edificio funciona como Centro Cultural. 25 años después, en 2005, se planteó una fuerte renovación para mejorar el funcionamiento de sus instalaciones, no sólo por el paso del tiempo, sino también por el incremento del público visitante -pasó de 700.000 a 1.350.000 en sólo cinco años- y las nuevas necesidades artísticas. Así, la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mediante su Dirección General de Infraestructura, lanzó un Plan Maestro de remodelación completa financiado por el Banco Mundial Interamericano de Desarrollo y de privados. El arquitecto Clorindo Testa encabezó nuevamente la realización del proyecto.
La renovación de los espacios para satisfacer las demandas del público se llevaron a cabo con la ayuda de nuevas tecnologías obteniendo como resultado un sitio moderno y confortable. Este programa se desarrolló con el fin de adecuar las salas a los estándares internacionales de acondicionamiento e iluminación requeridos para albergar exposiciones de arte sin dañar la expresión de las estructuras y espacios históricos originales.

La remodelación de 1980 se realizó a partir de una base física de extraordinario valor, no común en la ciudad de Buenos Aires. Un amontonamiento de edificios producido a lo largo del tiempo, como un poblado con un gran eje central vinculando todos aquellos edificios.
La propuesta estructuró de forma coherente este conjunto de edificios y le dio carácter generando un centro para las más diversas manifestaciones culturales de la ciudad. Con la base existente, la idea de la intervención fue respetar todo el exterior reforzando la línea natural del conjunto que tendía a marcar un paseo.
Los distintos museos se intercomunicaron para poder recorrerse sin interrupción. Se conservaron los claustros originales de mayor valor histórico y se remodelaron los patios y edificios de menor valor, como la capilla neogótica, que se transformo en auditorio. El conjunto de edificios se estructuró mediante una calle central de carácter urbano que va enlazando todos los edificios y termina en los jardines del Buenos Aires Design.

El Centro Cultural Recoleta posee una superficie total de exposición de 3.357 metros cuadrados y sus patios y terrazas ocupan una superficie de 6.914 metros cuadrados.
Buenos Aires Design está ubicado debajo del Centro Cultural y de la Plaza Intendente Torcuato de Alvear. El viejo y abandonado muro de contención de tierra que daba sobre la plaza fue rescatado, se abrieron sus arcos y se convirtió en paseo, en recova. Una rampa conduce a la explanada y desde allí, a través del muro, a los locales del Centro Comercial.
Los claustros de los monjes se convirtieron en galerías de exposición. Tanto aquí como en Los Patios de los Naranjos y la Fuente, se respetó el estilo colonial. Sus muros lindan con la Iglesia y el Cementerio.
La ex capilla del asilo, de estilo neogótico, se transformó en auditorio, llamado “El Aleph". En su interior se pueden alojar hasta 200 personas. Aquí se realizan múltiples actividades como proyecciones, recitales, conferencias, espectáculos teatrales y de danza, eventos literarios, Clínicas de Instrumentos Musicales, Jornadas Científicas y Eventos Especiales, entre otros.
El auditorio conserva sus puertas y vitrales primitivos, pero agrega elementos arquitectónicos y de diseño adecuado a su función actual.
La terraza a la que se accede desde el Patio de los Tilos, muestra una serie de muros recortados a manera de ruinas con vista panorámica de la ciudad.
Lindero al Auditorio "El Aleph" se encuentra el Anfiteatro "Verano Porteño", cuyo nombre se hizo en homenaje al músico Astor Piazzola. Allí se realizan conciertos de rock, jazz y música fusión, desfiles y ciclos de danza.
El Departamento de Música, Sonido e Imagen posee una Biblioteca Técnico Musical especializada en música contemporánea que incluye libros de consulta sobre distintas disciplinas musicales. En el primer piso funciona el Microcine, donde se desarrolla proyecciones de Videos de Arte, películas nacionales y extranjeras, presentaciones de libros y representaciones teatrales. Las 16 salas de exposiciones de la planta baja y las 11 del primer piso y el hall de entradas albergan permanentemente distintas exposiciones. También se desarrollan en estas galerías muestras no convencionales de disciplinas como diseño, performances, encuentros internacionales y movimientos de experimentación artística.

En 2002 se realizaron algunas obras como las mejoras en las salas de exhibición; la instalación de un ascensor público y la construcción de la Sala Villa Villa, en el Patio del Tanque.
Con el masterplan de 2005 continuaron las intervenciones que dialogan con las construcciones existentes.
En la nueva etapa de trabajos se remodeló la galería del acceso, el hall, los patios de los Naranjos, de la Fuente y de las Palmeras.
Se construyó una cámara transformadora de media tensión. Se mejoró el auditorio El Aleph, y toda la instalación eléctrica.
La calle de los Tilos se adaptó para el tránsito de discapacitados: se mantuvo el empedrado, pero se intercalaron baldosas de granito y franjas de cemento alisado. También se fortaleció el eje circulatorio de esta calle entre Junín y Azcuénaga, vinculando ambas arterias.
Iluminación y fachadas se restauraron para dar una mejor presencia institucional.
En el hall de acceso se ubicaron los puestos de informes y venta de tickets y se rediseñó el último tramo de la rampa interior.
En el Patio de los Naranjos se reubicó la librería, que sirve también como área de lectura y cafetería.
La intervención de la terraza hacia la Avenida del Libertador consiste en una puesta en valor mediante la instalación de un patio de esculturas y una cafetería, armonizando con el Auditorio. Es una estructura metálica liviana, con techo de chapa lisa de perfil abovedado y cerramientos premoldeados. Es de muy bajo costo, flexible y de fácil desmonte. Este sector suma 170 m2.
En el auditorio El Aleph se instalaron nuevas butacas fijas, se cambió la pendiente de la platea, se reemplazaron alfombras y cortinados, equipos de calefacción y aire acondicionado, y se mejoraron baños y camarines.
Se diseñaron pasarelas de acceso a las terrazas, habilitando 1.060 metros cuadrados más de uso. Desde uno de los ángulos puede verse desde arriba el Cementerio de la Recoleta y la Iglesia del Pilar.


































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