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sábado, 31 de marzo de 2012

Clorindo Testa, Ex Banco de Londres, Argentina





"Es a no dudarlo la primera obra que ha logrado concitar el interés público y abrir un diálogo general que por su extensión y profundidad conducirá al hombre de la calle a experimentar un interés progresivo por los problemas de la arquitectura. Aunque más no fuera por esto la obra habría cumplido un papel importante en la creación de una conciencia arquitectónica en el país."



Nombre: Banco de Londres y América del Sur
Tipo: Banco
Estilo: Brutalismo
Sistema estructural: Hormigón armado
Localización: Reconquista 101, CABA, Buenos Aires
Propietario: Banco Hipotecario
Lapso construcción: 1959-1966
Pisos: 8
Equipo: SEPRA + Clorindo Testa



HISTORIA

El llamado brutalismo arquitectónico fue una tendencia de origen europeo que tuvo un importante desarrollo en Argentina entre las décadas del 50 y del 60. Se caracterizó por realizar una lectura crítica de las convenciones y clichés vigentes, enfatizando la búsqueda de una dimensión poética en la arquitectura a través del uso de la luz, los grandes espacios y una aplicación particular de los materiales. La obra brutalista se proponía exhibir las huellas del proceso de construcción como una nueva noción ornamental, poniendo en evidencia el lenguaje constructivo del hormigón armado, el ladrillo visto, el vidrio y el hierro. La estructura portante de la obra tenía un papel expresivo fundamental, despojándola de toda voluntad académica de representación. Este efecto se alcanzaba liberando las plantas, colgando entrepisos o enfatizando las vigas de borde para generar líneas horizontales dominantes en grandes espacios austeros. También se les daba tratamiento escultórico a columnas, pórticos y escaleras, posibilitando dobles y hasta triples alturas.

Creadores

En Argentina, el brutalismo reconoce tres fuentes diferentes. En primer lugar, el legado del arquitecto franco-suizo Le Corbusier, puesto en evidencia en obras como el Pabellón Suizo de la Ciudad Universitaria de París (1930) y la Unidad Habitacional de Marsella (1945). El nuevo brutalismo inglés concebido en torno a las ideas de Peter y Allison Smithson, el crítico Reyner Banham, el fotógrafo Nigel Henderson y el artista plástico Eduardo Paolozzi. Sus obras emblemáticas fueron la Escuela de Hunstanton (1949-1954) y el Economist Building de Londres (1967), un edificio que reunía oficinas, viviendas y un banco. Por último y en menor medida, otro antecedente del brutalismo en Argentina lo constituye el formalismo norteamericano, con las obras de Eero Saarinen.

En la Argentina

El brutalismo tuvo una gran influencia dentro de la arquitectura institucional y ganó espacios a través de los llamados a concurso. El uso de la perspectiva brutalista en edificios gubernamentales se afirmó como una opción proyectual, que luego fue adoptada en edificios destinados a convertirse en colegios,universidades, hospitales y sedes bancarias. Su esplendor fue en el inicio de los años 60 y sus manifestaciones más importantes son el Banco de Londres (hoy Banco Hipotecario) y el edificio de la Biblioteca Nacional, ambos de Clorindo Testa y en Buenos Aires.


INTRO


La casa central del extinto Banco de Londres y América del Sur es uno de los mejores ejemplos de brutalismo en la arquitectura argentina. Actualmente es la casa matriz del Banco Hipotecario
Fue construida en la década de 1960, originalmente para el Banco de Londres y América del Sur. En la década de 1990 pasó a manos del Lloyds Bank y actualmente es sede del Banco Hipotecario.
Se encuentra en la céntrica esquina de las calles Reconquista y Bartolomé Mitre, en plena city del barrio de San Nicolás, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

En 1959 se llamó a un concurso por invitación para el proyecto de la Casa Central del Banco de Londres y América del Sud. El terreno era una esquina ubicada en el microcentro de Buenos Aires, donde se concentra la actividad financiera. 
El proyecto ganador resultó el presentado por el equipo de Clorindo Testa asociado con S. E. P. R. A sociedad integrada por los arquitectos: Sanchez Elía, Peralta Ramos y Agostini. 
Este proyecto, por su planteo arquitectónico urbanístico es una de las manifestaciones más originales, audaces y trascendentes de la arquitectura internacional de los años 60.
Las posibilidades del hormigón se explotan en todo su potencial, desde la logica estructural a la plástica /formal.

Sobre una esquina del microcentro porteño, emerge una inmensa estructura rectangular de hormigón armado.



LA IDEA / EL DISEÑO
Los mecanismos innovadores en la obra fueron varios. En primer lugar, el planteo de integración del edificio al paisaje urbano como un espacio de continuidad y no de clausura, marcaba ya una ruptura con las posiciones tradicionales.
El banco está ubicado entre dos calles muy estrechas: Reconquista y Bartolomé Mitre, de unos 10 m de ancho cada una. El proyecto se pensó aprovechando este ángulo delimitado por los edificios vecinos. La idea principal era que la ciudad penetrase dentro del banco, sin que hubiese ninguna división entre espacio interno y externo, ampliando la angostura de las calles. Según sus autores, el Banco de Londres no debía funcionar como un edificio convencional, sino más bien como una plaza cubierta. 
Llama la atención por el tratamiento plástico de sus fachadas, compuestas por grandes piezas de hormigón visto que parecen chorrear desde la cubierta hacia la calle, haciendo las veces de sostén estructural y de pantalla perforada, de membrana concreta que articula el generoso y expansivo espacio interior con el estrecho espacio urbano, materializando una particular intención de continuidad entre ambos ámbitos. Ésta continuidad fue una de las premisas de la propuesta del Testa, con la clara voluntad de penetrar con las angostas calles céntricas en el interior del edificio, conformando una suerte de plaza techada, según sus propias palabras. El ingreso del público se realiza por la esquina, recediendo las puertas y armando un espacio intermedio entre el interior y el exterior, que queda limitado virtualmente por una gran pantalla de hormigón colgante sobre la esquina.
Sin embargo, por su escala, por sus alturas, incluso por la tenue prolongación de ciertas líneas y la persistencia de ciertos ritmos, el Banco establece un sutil dialogo con sus vecinos, decimónicos y académicos.
Surgido del lápiz de un joven Testa, que se asocia con un estudio de mayor experiencia como SEPRA (Sánchez Elía, Peralta Ramos, Agostini) para su concreción, el proyecto comienza por subvertir muchos de los supuestos que se suponían inamovibles para un edificio bancario y que dieron respuesta a la necesidad de renovar la imagen de la institución que convocaba el concurso. La usual envolvente muraria, opaca y pesada, es ahora muy transparente para los parámetros de la época, con el vidrio conformando una segunda piel que corre por detrás de las pantallas de hormigón.






Espacios

El edificio del Banco de Londres se desarrolla en tres subsuelos y seis niveles superiores.
El acceso principal sobre la esquina, que conforma el espacio de transición, está enfatizado por otra pantalla de hormigón suspendida, que limita el espacio y las visuales desde el interior.
Dentro del banco, seis niveles fragmentan el espacio único del hall central, elemento fundamental de las instituciones bancarias tradicionales. Estos niveles están suspendidos del techo principal por tensores de acero, lo que posibilita la libertad espacial de la obra.
El espacio interior, producto de una audaz operación estructural, es múltiple, complejo, diáfano, con voluntad urbana. Permite miradas cruzadas desde adentro hacia afuera, desde un nivel a otro, de arriba hacia abajo, desde abajo hacia arriba. El público y los empleados circulan por espacios generosos, ricos. La luz ingresa tamizada por las pantallas perforadas y se derrama por las superficies de hormigón visto exquisitamente tratado que materializa todo el edificio.
Una observación detallada de estas plantas muestra la presencia tácita de grillas que ordenan, pero que permanecen en profundidad, que no son claramente visibles, contaminadas de una libertad compositiva poco usual y liberadas de ataduras geométricas rigurosas, si bien son funcionales por razones estrictamente programáticas.
Convertido en un edifico icónico una ya madura “modernidad” rioplatense, el Banco de Londres es Monumento Histórico Nacional desde 1999.

Estructura

Toda la estructura funciona en un espacio único. Este esquema se encuentra comprendido y delimitado por tres elementos fundamentales: el bloque del techo y dos muros medianeros. El volumen se completa a través del sistema utilizado en sus dos fachadas, es decir, una columna perimetral. La cubierta está sostenida en parte por esta columnata, que cumple además la función de pantalla protectora del interior contra los reflejos del sol.
En las fachadas, el hormigón aparece calado, casi desarmado, su lógica tectónica parece invertida. Este material, protagonista excluyente de la obra, está conformado con encofrados de tablillas de madera, cuya textura aún se puede apreciar en todas las superficies. No hay prefabricación, no hay repetición, el material es tratado plástica y artesanalmente. Sin embargo, las carpinterías de aluminio y los grandes paños de vidrio, de alguna manera referencian a un incipiente desarrollo industrial, plasmando la condición de identidad de América Latina en progreso, como escribe Horacio Torrent en su artículo “Al sur de América: antes y ahora”.
Una gran columna de hormigón organiza el espacio central del edificio, tanto espacial como estructuralmente. Una escalera se enrosca escultóricamente en uno de sus lados; pero este elemento es también es caja de ascensores. Las cuatro losas superiores (para uso interno del banco) cuelgan mediante tensores de acero de la losa de cubierta, los dos niveles inferiores (de utilización pública) son bandejas que están sostenidos por columnas fungiformes, despejando el espacio central en múltiple altura. Ni las losas superiores ni las bandejas no tocan la gran columna central, las fachadas o las medianeras. Mediante estas operaciones, Testa libera las plantas y flexibiliza el espacio.





Materiales

El tratamiento especial del hormigón armado, modelado de manera escultórica, con sus encofrados tratados en curvas, dentados y perforados siguiendo motivos geométricos, refuerza el carácter innovador de la obra.

A fines de 2011, el arquitecto Testa develó en una entrevista que el Banco Hipotecario (actual ocupante del edificio) lo había contactado para proyectar una ampliación de su obra sobre la calle Bartolomé Mitre. Adquirido un edificio vecino diseñado para el Banco de Córdoba por Miguel Ángel Roca en 1972, el Hipotecario tiene la posibilidad de expanderse sumando un terreno con poco frente pero mucha profundidad, y no dudó en contactar a Clorindo Testa, para que esté a cargo del proyecto a sus 87 años.
En el diálogo con una publicación de arquitectura argentina, el arquitecto aseguró que el proyecto está avanzado y que si bien respetará su obra original, no será una mera imitación sino que tendrá un estilo contemporáneo; y que su intención es conectar la ampliación con el edificio existente a través de pasarelas metálicas, con gran conexión visual gracias a una raja vertical sobre la medianera.


EX BANCO DE LONDRES



























































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