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martes, 1 de mayo de 2012

Jean Nouvel, Torre Agbar





Arquitecto: Jean Nouvel, b720 
Arquitecto Técnico: Josep Gilabert
Ingeniero Estructural: Gepro BOMA
Construido en: 2005
Altura: 145.00 m
Piso: 35 + 4 pisos de sótanos
Área Construida: 50.693 m2






INTRO
La torre Agbar es un rascacielos de Barcelona (España) ubicado en la confluencia de la avenida Diagonal y la calle Badajoz junto a la plaza de las Glorias y que marca la puerta de entrada al distrito tecnológico de Barcelona conocido como 22@. Tiene 34 plantas sobre la superficie además de cuatro plantas subterráneas para un total de 145 metros de altura, convirtiéndose, en el momento de su apertura (junio de 2005) en el tercer edificio más alto de la capital catalana, sólo superado por el Hotel Arts y la Torre Mapfre (ambos con 154 metros de altura).
El edificio posee en total 50.693 metros cuadrados de superficie, de los que 30.000 son de oficinas, 3.210 de instalaciones técnicas, 8.132 de servicios, incluyendo un auditorio, y 9.132 de aparcamiento.
Fue inaugurado oficialmente por los reyes de España el 16 de septiembre de 2005 y tuvo un coste de 130 millones de euros.1
Su propietario es el grupo multinacional Agbar que tiene su sede corporativa en el mismo y que ocupa la mayoría de sus plantas destinando el resto a alquiler. Agbar adquirió la torre en marzo de 2010 tras llegar a un acuerdo con su anterior propietario, el grupo inversor Azurelau, por el que se comprometía a desembolsar 165 millones de euros. Con anterioridad Azurelau había adquirido la propiedad del inmueble a mediados del 2007 tras desembolsar una cantidad que no se hizo pública a la firma promotora, Inmobiliaria Layetana.


LA IDEA
La torre fue diseñada por el arquitecto Jean Nouvel en colaboración con la firma b720 Arquitectos. La construcción, según explicó el propio Nouvel se vio fuertemente influenciada por alguno de los símbolos más representativos de la cultura catalana. Por un lado se inspiró en la obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí tomando como referencia los campanarios de la Sagrada Familia y basándose a su vez en la idea del Hotel Attraction, un supuesto proyecto realizado por el maestro reusense en 1908 para unos empresarios hoteleros de Nueva York que fue rediseñado en 1956 por su discípulo Joan Matamala y que en 1978 se incluyó en el libro Delirious New York de Rem Koolhaas, de referencia para muchos arquitectos. Además, como homenaje a la Sagrada Familia, la parte orientada al norte de la torre fue diseñada con la intención de obtener una vista panorámica óptima del templo. A su vez, Nouvel se inspiró en los característicos pináculos de la montaña de Montserrat, de gran significado para Cataluña al ser el lugar donde se encuentra el templo que aloja a su patrona.




EL DISEÑO

Nouvel explicó que la torre Agbar huía de la concepción predominante en norteamérica de lo que debía ser un rascacielos con formas paralelepípedas. La intención del arquitecto fue hacer que esta emergiera del suelo de una forma especial por lo que al ser una torre dedicada a ser la sede de una compañía de servicios relacionados con el agua, se apoyó en la metáfora de un geiser brotando desde las profundidades marinas.
El proceso de construcción de la torre, llevado a cabo por la empresa fue Dragados, se alargó durante cerca de 6 años desde que a mediados de 1999 se iniciaron las actividades para el acondicionamiento del solar que habría de acoger el edificio hasta principios de 2005 en que se dio por finalizada la obra. Hasta un total de 1.174 profesionales y operarios colaboraron en mayor o menor medida para llevar la obra a buen puerto.








Los materiales principales empleados en la construcción del edificio fueron por un lado el hormigón con el que se realizó la estructura de la torre y por otro lado el,aluminio y el vidrio que en forma de chapa lacada de distintos colores el primero y de lamas de 120 x 30 cm el segundo (en un total de 59.619) recubren la totalidad de los aproximadamente 16.000 m² de superficie exterior del mismo. Además las lamas presentan distintas inclinaciones y opacidades lo que unidos a las distinta tonalidades del aluminio alteran el equilibrio cromático de la torre en función del momento del día y la estación del año correspondiente.
Para la culminación del proyecto fue necesario que se emplearan un total de 25.000 m3 de hormigón y 250.000 Kg. de acero.
La torre se conforma de dos cilindros ovales no concéntricos de hormigón de forma que uno está cubierto totalmente por el otro. El cilindro exterior está finalizado por una cúpula de cristal y acero lo que como resultado confieren a la torre su característica forma de bala. En este cilindro exterior, con un grosor de 45 cm. en la base y de 25 en su cima se sitúan las aberturas (4359 en total) y las ventanas (4500), mientras que en interior, de 50 cm. en la base y 30 es su parte más alta, es donde están los ascensores, las escaleras y las instalaciones.
El edificio se distribuye en un total de 38 plantas de las cuales 34 se sitúan por encima del nivel del suelo y 4 plantas son subterráneas. De estas últimas, 2 plantas acogen un auditorio con capacidad para 316 personas además de otros servicios como entrada de mercancías o archivo y las otras 2 están destinadas a estacionamientos. Por su parte, de las 34 plantas situadas por encima del rasante, 28 son destinadas a oficinas, 3 son plantas técnicas donde se encuentran las instalaciones del edificio, 1 se dedica a salas polivalentes, otra acoge la cafetería y la última esta destinada a ser un mirador justo por debajo de la cúpula de la torre.













En total la torre alberga 30.000 m² destinados a oficinas, 3.210 m² para plantas técnicas de instalaciones, 8,351 m² repartidas entre los distintos servicios y el auditorio además de 9.132 m² destinadas a estacionamientos.
Uno de los elementos más característicos del edificio es su iluminación nocturna. La torre dispone de más de 4.500 dispositivos luminosos, que se pueden poner en funcionamiento de forma independiente utilizando tecnología LED y que posibilita la generación de imágenes luminosas en la totalidad de su fachada. El sistema permite proyectar 16 millones de colores, gracias a un sofisticado sistema de hardware y software, además de la capacidad de crear transiciones de color también independientes, sin apreciarse retrasos y creando un efecto impactante. La eficiencia energética de dicha tecnoligía supone que el coste de tener completamente iluminada durante una hora sea equivalente a unos 6 euros.
El peculiar sistema de iluminación del edificio, bautizado por su creador Yann Kersalé como Diffraction y definido por el mismo como "una vaporosa nube de color que busca el efecto moire", se puede disfrutar diariamente durante varias horas y es además empleado con frecuencia en la celebración de distintos acontecimientos, como la celebración del nombramiento de Barcelona como capital de la Unión para el Mediterráneo, la del 50 aniversario del Tratado de Roma o la conmemoración del día del autismo entre otros.







La temperatura en el interior del edificio está regulada por un sistema VRV que organiza cada planta del mismo en 27 zonas diferenciadas y que actúa de forma "inteligente" en cada uno de ellas optimizando la cantidad de energía que se utiliza, de forma que, por ejemplo, no proporciona calor a despachos que están desocupados o zonas destinadas a almacenamiento. Las luces también son controladas mediante un sistema informático que las regula automáticamente en función de si un determinado espacio está siendo ocupado o no. Además, parte de las casi 60.000 lamas que recubren la fachada exterior poseen placas fotovoltáicas que acumulan energía solar que posteriormente es empleada para autoabastecer las necesidades de la torre.
A mediados de 2011, la Comisión Europea decidió distinguir a la torre Agbar con el título de Edficio Verde por su eficiencia energética así como por la reducidas emisiones de CO2 en relación a edificios de similares características.
Una vez estuvo finalizada, la torre Agbar se convirtió rápidamente en un icono arquitectónico de la ciudad de Barcelona y en uno de sus edificios más conocidos. Pese a que en un inicio no fue ajena a las críticas de ciudadanos y expertos que entendían que una construcción de sus caracterísiticas difícilmente encajaba en los esquemas de una ciudad como Barcelona, con el paso del tiempo se acabó convirtiendo en uno de los símbolos que identifican universalmente a la capital catalana y en uno de sus atractivos turísticos.
A mediados de 2008, diversas instituciones públicas catalanas confeccionaron una lista en la que se incluyeron los que a su juicio eran los principales iconos culturales de la Comunidad Autónoma y que pretendían servir como modelos parasouvenires turísticos identitarios de Cataluña, siendo la torre incluida en dicha lista.
La popularidad de la torre entre los turistas es tal que la visita a la misma ha pasado a formar parte de alguna de las rutas de autobuses turísticos (e incluso del helicóptero turístico) que recorren los puntos más representativos de la ciudad y la posibilidad de visitar su interior es una de las actividades reclamadas por muchos de ellos.
La repercusión que ofrece la imagen de la torre ha ocasionado, que numerosos colectivos hayan elegido sus inmediaciones como lugar elegido para llevar a cabo sus reivindicaciones, llegando en algún caso incluso a entrar en la misma por la fuerza.




LA TORRE AGBAR

































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