Localización: NYC, Estados Unidos
Arquitectos: Yoshio Taniguchi, Edward Durell Stone, Philip Goodwin
Año Construcción: 2004
Tipología: Cultural
El Museo de Arte Moderno de Nueva York es un museo de arte situado en Manhattan en el 11 West con la calle 53 de Nueva York. El Museo de Arte Moderno de Nueva York abrió sus puertas al público el 7 de noviembre de 1929, y fue fundado por los filántropos estadounidenses Lillie P. Bliss, Mary Quinn Sullivan y Abby Aldrich Rockefellerpara "ayudar a la gente a entender, utilizar y disfrutar de las artes visuales de nuestro tiempo". Es uno de los mejores museos de arte moderno del mundo.
El Museo se fundó como entidad privada, beneficiándose de numerosas donaciones de sus miembros y de empresas, siendo un ejemplo para otros museos de su clase, ampliando las fronteras del arte a disciplinas no admitidas en otras galerías.
Es considerado uno de los santuarios del arte moderno y contemporáneo del mundo, constituyendo (a juicio de muchos) una de las mejores colecciones de obras maestras. Alberga piezas tales como La noche estrellada deVan Gogh, Broadway Boogie Wogie de Piet Mondrian, Las señoritas de Avignon (1906) de Pablo Picasso, La persistencia de la memoria de Salvador Dalí y obras de artistas norteamericanos de primera fila como Jackson Pollock, Andy Warhol y Edward Hopper. El MoMA posee además importantes colecciones de diseño gráfico,diseño industrial, fotografía, arquitectura, cine e impresos.Cuando el Museo de Arte Moderno comenzó a exponer sus obras, gran parte del público de aquella época despreciaba el cubismo y el arte abstracto, porque chocaban con las líneas directrices que hasta ese momento marcaban la pauta del "verdadero arte".De las primeras vanguardias del siglo XX, el MoMA conserva obras clave de Pablo Picasso, Marc Chagall,Kandinsky, Mondrian, Henri Matisse, etc. Tiene un Jardín de Esculturas con obras Auguste Rodin, Alexander Calder, Louise Nevelson, Pablo Serrano y Aristide Maillol, además de una sala de cine.
Después de cuatro años de reformas, en 2004 fue inaugurado el nuevo MoMA, con casi el doble de espacio. El museo tiene dos restaurantes y una cafetería. Este museo está abierto de miércoles a lunes desde las 11 hasta las 18 horas; los jueves, hasta las 21 horas. Está cerrado al público los martes y los días de Acción de gracias y Navidad.
Con el diseño del arquitecto japonés Yoshio Taniguchi, el MOMA crece un 66 por ciento en su espacio de exhibición y logra un nuevo recorrido porque sus salas se interconectan de un modo mucho más flexible.
El MOMA fue fundado en 1929 en un piso de oficinas en el centro de Nueva York, como una trinchera para lograr una mayor aceptación del arte abstracto. En 1939 se mudó a su sede propia en la calle 53, a metros de la quinta avenida, cuya fachada es uno de los iconos del modernismo norteamericano. El museo fue ampliado por César Pelli y hace cinco años se compró un hotel vecino, que fue demolido para hacer lugar.
Taniguchi, autor de varios museos en Japón, descartó explícitamente realizar una obra para el asombro, como las de Frank Gehry o Santiago Calatrava. -Un museo es una taza de té-, explicó el japonés, para indicar que lo que importa, lo que tiene el protagónico, es el contenido y no el edificio. El nuevo MOMA es un edificio de baja intensidad, respetuoso de lo preexistente y con amplísimos espacios abstractos que destacan y no compiten con las obras.
Así, en el hall de entrada se puede ver un Monet de 16 metros de largo, raramente exhibido por falta de espacio y que ahora ganó lugar permanente. Y en el quinto piso está el F111 que pintó James Rosenquist en 1965, de 20 metros de largo y nunca exhibido en el museo por falta de pared tan grande.
En los cinco pisos de exhibición –que incluyen la colección permanente y varios espacios para muestras especiales– las galerías cambiaron totalmente. Antaño, el MOMA parecía un pasillo serpenteante y cronológico en el que era imposible saltarse etapas. Las galerías se sucedían unas a otras y la historia del arte moderno era presentada como un crecimiento del impresionismo y el post-impresionismo, inexorable y lógico. Las nuevas galerías tienen más de una entrada y una salida, lo que invita a disfrutar de la -porosidad- del arte, vagando de un lado a otro.
De hecho, el énfasis es más parejo. En su viejo edificio, el museo podía mostrar poco más que piezas de los años cincuenta y sesenta. Hoy los dos primeros pisos están dedicados al arte más reciente, y hay que subir para ver las piezas más antiguas.
La obra tomó cuatro años, que el MOMA pasó exiliado en una vieja fábrica de Queens, instalación que ahora se transformará en talleres y depósitos del museo. El nuevo edificio cuenta con tres restaurantes, una librería y una tienda.
El detalle tal vez más asombroso del proyecto es su costo estratosférico: 858 millones de dólares. Esto incluye comprar el hotel, demolerlo, construir el nuevo edificio, modificar el antiguo, comprar la fábrica en Queens, transformarla para su nuevo uso y ahorrar un fondo especial para los gastos superiores de mantener semejante museo. El MOMA, que tiene en su cuerpo de directores algunas de las grandes fortunas de EE.UU., tuvo bastantes dificultades para reunir semejante suma, particularmente teniendo en cuenta que a poco de empezar Nueva York sufrió el atentado a las Torres Gemelas, lo que paralizó las donaciones.
El gobierno municipal puso 65 millones –primera vez en su historia que el MOMA acepta dinero público– y el resto se juntó pidiendo y pidiendo, yemitiendo obligaciones negociables que fueron prontamente calificadas como A1. Aún así, el museo está endeudado en 128 millones, que no logró reunir.
Tanto dinero tuvo una consecuencia directa: la entrada al museo de arte moderno neoyorquino es la más cara del país, veinte dólares. Y no hay más día gratis, apenas cuatro horas los viernes al anochecer. Una artista plástica, Orly Cogan, ya está instalada en la entrada de la calle 53 repartiendo volantes en los que exige que los lunes vuelvan a ser gratis en el MOMA.
Para sorpresa de todos, el Jurado que decidía quien iba a realizar la última y más importante ampliación que ha tenido el MOMA de Nueva York escogió entre arquitectos como Rem Koolhaas, Bernard Tschumi o Herzog & de Meuron, al arquitecto menos conocido de todos, el japonés Yoshio Taniguchi (1937), quien tiene en su trayectoria la experiencia de haber construido varios museos en su país natal. Su propuesta era la más serena y sutil de todas, y con esa sencillez y minimalismo que caracterizan a la arquitectura japonesa resuelve la sucesión de espacios que se interconectan en más de un punto, haciendo la visita al museo más flexible, conectando a menudo visualmente los espacios, haciendo de esta manera lo posible para que lo más importante sea la obra de arte en sí.
Para el Jardín de las Esculturas, Taniguchi rescató la Torre del Museo (César Pelli), preservando el diseño original del Jardín de Philip Johnson.
El presupuesto que hizo posible esta ampliación asciende a unos 850 millones de dólares, puesto que se tuvo que comprar una nave en Queens y trasladar las piezas durante los dos años de la construcción, comprar el hotel donde se sitúa la ampliación y derribarlo, remodelar el antiguo edificio, etc. Tras la difícil búsqueda de fondos de un museo que no podemos olvidar que es privado, el MOMA abrió sus puertas en el 2004, coincidiendo con su 75 aniversario.
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